Los entendidos en TICs no dejan de repetir que no se deben incorporar las nuevas tecnologías a nuestra práctica docente sin que haya un cambio en la metodología. La incorporación del ordenador al aula no debe reducirse (¡por Dios!) a la realización de búsquedas desordenadas en Google, Yahoo, etc. Lee este post.
Si no cambiamos la metodología, corremos el peligro de perder una enorme oportunidad con nuestro alumnado, y también la posibilidad de cercenar definitivamente su gusto por el aprendizaje.
Tengamos en cuenta que, en muchas ocasiones, estamos transmitiendo mensajes contradictorios, que pueden provocar un gran desorden en las mentes de los y las que nos escuchan. Por un lado, tienen un ordenador ante sí (en el aula, en casa, etc.), con todo su potencial, con la posibilidad de acceder a fuentes infinitas de información (más o menos veraces, bien es cierto, pero infinitas, casi). Por otro lado, les transmitimos la misma información que un día, hace veinte, treinta o cuarenta años, recibimos nosotros, de la misma forma, y queremos que se comporten como nosotros nos comportábamos. En ocasiones, nos aferramos con fervor (como aquel político que proclamaba "Programa, programa, programa") y con exceso a nuestro viejo compañero de viaje, el libro de texto.
Hemos de ser los capitanes que los lleven en los barcos del nuevo conocimiento, guiándoles en las nuevas sendas. Pero bien es cierto que no hay un buen capitán que navegue desde tierra: el capitán debe subir también a su barco. Hasta el punto, de que, en ocasiones, deba morir con él. Tenemos que subirnos a las TIC. Eso no es nuevo.
Pero tenemos que hacerlo cambiando nuestra forma de enseñar, para no hacer el ridículo. Para responder a sus expectativas. Para responder a la realidad de unos nuevos conocimientos y de unas nuevas estrategias de aprendizaje.
Finalmente, os dejo un vídeo que, aunque está en portugués, se entiende perfectamente, y os puede hacer ver que hasta la infinita tecnología puede tornarse aburrida si la aplicamos incorrectamente. Disfrútalo y... reflexiona.
Tengamos en cuenta que, en muchas ocasiones, estamos transmitiendo mensajes contradictorios, que pueden provocar un gran desorden en las mentes de los y las que nos escuchan. Por un lado, tienen un ordenador ante sí (en el aula, en casa, etc.), con todo su potencial, con la posibilidad de acceder a fuentes infinitas de información (más o menos veraces, bien es cierto, pero infinitas, casi). Por otro lado, les transmitimos la misma información que un día, hace veinte, treinta o cuarenta años, recibimos nosotros, de la misma forma, y queremos que se comporten como nosotros nos comportábamos. En ocasiones, nos aferramos con fervor (como aquel político que proclamaba "Programa, programa, programa") y con exceso a nuestro viejo compañero de viaje, el libro de texto.
Hemos de ser los capitanes que los lleven en los barcos del nuevo conocimiento, guiándoles en las nuevas sendas. Pero bien es cierto que no hay un buen capitán que navegue desde tierra: el capitán debe subir también a su barco. Hasta el punto, de que, en ocasiones, deba morir con él. Tenemos que subirnos a las TIC. Eso no es nuevo.
Pero tenemos que hacerlo cambiando nuestra forma de enseñar, para no hacer el ridículo. Para responder a sus expectativas. Para responder a la realidad de unos nuevos conocimientos y de unas nuevas estrategias de aprendizaje.
Finalmente, os dejo un vídeo que, aunque está en portugués, se entiende perfectamente, y os puede hacer ver que hasta la infinita tecnología puede tornarse aburrida si la aplicamos incorrectamente. Disfrútalo y... reflexiona.
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